La vida de Jesucristo es un ejemplo del camino de la perfección espiritual del hombre.
Somos hechos a imagen y semejanza de Dios. Tenemos la capacidad para lograrlo mediante la Gracia que es la unión con Dios, medio que se da por la oración, sacramentos, humildad, sacrificios y aumento de la Caridad (virtud por excelencia, que es perfeccionar el amor a dios y al prójimo).
Jesucristo en los evangelios, es el divino sembrador, que derrama los tesoros de su Corazón, donde se encuentra la sabiduría de su padre, acercando a los hombres a la verdad, para que puedan tener como fruto La Vida Eterna (participando de las bondades de dios por toda la eternidad en el cielo).
La esposa mística de Cristo continua a través de los siglos la obra de apostolado de su divino modelo (la Santa Madre Iglesia, Una, Santa, Católica y Apostólica).
Rechazar la verdad o prescindir de ella en la conducta constituye siempre un desorden intelectual, doctrinal o práctico, y es la negación del principio que debe informar nuestra conducta. Ese desorden aumenta cuando la verdad en vez de iluminar la inteligencia del hombre de Obras, choca con un corazón en oposición por el pecado o la tibieza, con el Dios de toda luz.
Jesucristo, Dios y hombre verdadero vino a destruir el “yo” (la soberbia) con la humildad-reconociéndonos incapaces de hacer algo bueno si no es Dios el que actúa en nosotros por medio de la Gracia y podemos adquirir todos los tesoros infinitos que hay dentro de su corazón. Aún a la luz de la filosofía, y prescindiendo de la revelación, sería digno de lastima el hombre de valer que se negara a reconocer que todos los talentos que los demás admiran en él, los ha recibido de Dios.
Ejemplo: el insensato que dijera: “Señor, no pongas obstáculos a mi empresa; no me la ataques: que yo he encargo de llevarla a buen fin”
Por eso la humanidad del Hijo de Dios pide a su padre que confunda a esos falsos cristos paralizando las obras de su soberbia.
Esto se llama “Herejía de las obras”, donde no se toma en cuenta que Dios actúa en todo y reina la ignorancia de la Gracia; la soberbia del hombre que pretende destronar a Jesús; donde no cree en la participación de vida sobrenatural a la que estamos invitados para ser “hijos de Dios”, (en la oración, sacramentos, mandamientos, etc.).
Jesucristo nos invita a “ser Perfectos como su Padre lo es” por medio del camino de la santidad, que se encuentran imprimidas en las conductas de los hombres que imitaron a Cristo en su perfección.
Esto significa que a veces queremos obtener éxtasis, visiones o revelaciones cosa que la iglesia no apoya que a lo que mucho es o que buscan en estos tiempos, pudieran no provenir de dios sino de satanás.
El ideal de la vida interior nos menciona San Pablo: “ya no soy yo quien vivo sino cristo Jesús es quien vive en mí”. Aquí supone dos movimientos: Uno, el alma se retira de todas las creaturas que se oponen a la vida sobrenatural y Dos, que el alma se lanza hacia dios para unirse con Él: “Conversio ad Deum”.
Y de este modo Jesús será para mí una realidad viviente que penetra en él campo de mis facultados la luz, el ideal, consejo, apoyo, recursos, fuerza, medico, consuelo, alegría, amor, en una palabra: mi Vida.
La lucha del hombre cristiano está en combatir:
- La ignorancia
- La flaqueza
- La malicia
- Los sentimientos desordenados,
Y todo esto que viene a consecuencia del pecado original. Y como castigo vienen los males del cuerpo tales como enfermedad, dolores, molestias y la muerte; que heredamos de Adán y Eva.
“El que no Ora, no se salvará” San Pablo lo dice al igual que muchos otros santos.
El que no se auxilia de la confesión y de la Eucaristía no es digno de Dios.
El que se alimenta de Dios, lo hace, como lo hacen los bienaventurados del cielo, teniendo vida en Él”
**El que come y bebe indignamente mi cuerpo come y bebe su condenación** (1 Cor 11.29)
Se evitará el pecado venial ya que es una disposición fácil para el pecado mortal. Nuestro esfuerzo es levantarnos ante tal desgracia.
Reavivando el temor de Dios por el recuerdo constante de mis postrimerías:
1. La muerte
2. El juicio
3. El infierno
4. La eternidad
5. El pecado; etc.
Vigila todos los movimientos del corazón, las impresiones, intenciones, pasiones, inclinaciones, en una palabra: todos su actos internos y externos, pensamientos, palabras.
Para lograr este camino de santidad, exige un recogimiento; las almas disipadas no lo logran.
Sta. Margarita María; “Paseo en todo tiempo y llevó en todo lugar él Dios de mi corazón y él corazón de mi Dios” La vida interior viene a ser un estado celestial “La gracia es el Cielo, es germen, principio de la felicidad”
La verdadera alegría es que las espinas están hacia afuera y las rosas por dentro a diferencia del mundano que solo ve los gozos en la tierra.
Ejemplo: Los que practican la vida exterior y no la interior ven con poco valor a los que practican la soledad del claustro (viven en ese sentido místico) y admiran más las obras de misioneros.
Ejemplo: Don Sebastián Wyart dice hay 3 clases de trabajo:
1. Físico: labradores, artesanos, soldados. Es el menos rudo
2. Intelectual: del sabio, que se fatiga en la búsqueda tan ardua de la verdad. El del escritor, profesor, diplomático, hombre de negocios, etc. Son trabajos más penosos.
3. De la vida interior: es el más fatigoso cuando se toma en serio. Es el más importante porque perfecciona al hombre en su formación. Siempre en todas las cosas se esfuerzan en mantener tercamente, hostigadamente el timón en la dirección de la voluntad de Dios.
LA VERDADERA Y VIVA SANTIDAD.
La santidad es la unión perfecta con Dios cuando el justo ya no le debe nada a Dios se une en esta tierra a él limpió de alma, sufre su purgatorio en esta tierra y su deseo es solamente morir para vivir plenamente de Dios.
El amor divino hermosea nuestra alma y se llama Gracia, haciéndose agradable a Dios; en cuanto de la fuerza para obrar bien, se llama Caridad, pero cuando llega a tal grado de perfección, donde se hace todo por el bien, con mucho cuidado, frecuente y prontamente, entonces se llama santidad.
Las personas santas vuelan en Dios, frecuente, pronta y altamente y gustan de hacer el mayor número de obras buenas que se puedan, aunque no sean exigidas por precepto sino aconsejadas o inspiradas por Dios.
Sus pensamientos intenciones y acciones, no tienen otro propósito ni motivo que agradar a Dios.
“La santidad es el suave olor que conforta a los hombres y alegra a los ángeles”
Testigos de esto en el Antiguo Testamento, son (de izquierda a derecha):
Abraham, Sara, Isaac, Rebeca, Job, Judith, Jacob, David y Tobías.
En el Nuevo Testamento vemos gran variedad de santos y cada uno lo logra poniendo sus voluntades en Dios haciéndose esclavos del Señor.
Santa Ana, Santa Martha y Sta. Priscila (1era fila; de izquierda a derecha), se santificaron en sus familias, San Cornelio, San Sebastián, y San Mauricio(2da fila; de izquierda a derecha)en los ejércitos.
San Constantino, Santa Helena, San Luis de Francia, San Eduardo y San Fernando (últimas filas), en sus tronos reales.
San Luis, antes de morir díjole a su hijo: “Confiésate a menudo y elige a un confesor digno, que sea hombre prudente y que te enseñe a hacer cosas que te son necesarias” El amigo fiel que tenemos que buscar lo menciona la santa escritura “es una fuerte protección él que lo haya, encuentra un tesoro. El será como un tesoro de sabiduría en nuestras aflicciones, tristezas y trabajos, nos servirá de medicina para aliviar y consolar nuestros corazones en las indisposiciones espirituales, nos guardará del mal y nos hará el mayor bien posible.”
El Sabio responde - ¿Quién hallare este amigo? “Los que temen a dios” es decir, los humildes que de verdad desean su crecimiento espiritual este es el resultado de buscar un buen guía espiritual.
San Pablo en un momento quedó limpio como Sta. Cataliana de Génova, Sta. Magdalena y otras más. Este tipo de purificación es tan milagrosa y extraordinaria en la vida de la gracia como es la resurrección de los muertos en la vida natural. Por lo general no se hacen santos así sino poco a poco.
Cristo nos comunica la gracia por los sacramentos, principalmente por la eucaristía, en la que se nos da sí mismo como alimento para nuestras almas. Es quien nos diviniza y transforma en sí mismo. En la eucaristía alcanza el cristiano su máxima ciristificacion en la que consiste la santidad. Con ella recibe el alma un tesoro rigurosa y absolutamente infinito.
Juntamente con él verbo encarnado con su cuerpo alma y divinidad se nos dan las otras 2 personas de la santísima trinidad, él Padre y él Espíritu Santo. Nunca tan perfectamente como después de comulgar él cristiano se convierte en templo y sagrario de la divinidad.
El cristiano después de comulgar debería caer en éxtasis de adoración y amor.
Sor Isabel de la trinidad comenta: “en el cielo no haremos otra cosa”.
Disposiciones para comulgar
A) Estado de gracia
B) Recta intención (no se comulga por vanidad o rutina, por agradar a Dios)
C) Es muy conveniente estar limpio de pecados veniales, pero no es indispensable
D) Se recomienda la acción de gracias
E) Humildad profunda para recibir él cuerpo de Nuestro Señor como lo hizo la virgen “He aquí la esclava del señor”
F) No se puede desayunar sino de media hora larga de haber recibido la sagrada comunión
G) SANTA MISA: el valor de la santa misa es infinito. Pero sus efectos en cuanto dependen de nosotros, no se nos aplican si no en la medida de nuestras disposiciones interiores.
H) Con la santa misa le damos a Dios todo el honor que se le debe en reconocimiento de sus soberana grandeza y supremo dominio.
a. Por la razón del sacerdote principal y de la Victima, una sola misa glorifica más a Dios que le glorificaran en él cielo por toda la eternidad todos los ángeles, santos y bienaventurados juntos, incluyendo a la misma Virgen María Madre de Dios. La razón es porque es infinita, solo Dios es infinito; la gloria que Dios recibe a través del sacramento de su Hijo es absolutamente rigurosa e infinita.
I) Reparación: después de la adoración ninguno otro deber más apremiante que reparar las ofensas que de nosotros ha recibido. En la santa misa ofrecemos al padre la reparación infinita de Cristo de toda su eficacia redentora.
a. En el día está la tierra inundada por el pecado a impiedad e inmoralidad. ¿Por qué no nos castiga Dios? Porque el hijo de dios inmolado en él altar aplaca la ira de su padre y desarma su brazo pronto a castigar.
b. Sin cuento son también los crímenes que diario suben de la tierra y claman venganza (aborto, ir contra dios) y gracias a la virtud reconciliadora de la misa se anegan en el mar de la misericordia divina.
J) La Sta. misa la aprovechan también las almas del purgatorio, la pena que deben como la conversión de los pecadores esto depende de nuestras disposiciones con las que nos ofrezcamos a dios en la santa misa.
a. Luz, fortaleza, consuelo, lo encontramos en la misa.
San Agustín
La majestad y la perfección de Dios son inexplicables (CONFESIONES, CAPITULO IV)
Es muy cierto que Homero trasladaba a los dioses las flaquezas de los hombres, excusando en el actuar de las deidades el comportamiento malévolo de los hombres. Y más quisiera yo que hubiera trasladado a nosotros las virtudes de los hombres.
Vos sois, Dios mío, un soberano Ser altísimo, perfectísimo, poderosisimo, omnipotentisimo, misericordiosisimo y justísimo, ocultisimo y presentisimo, hermosisimo y fortísimo; tan estable como incomprensible; inmutable y que de todo lo mudáis, nunca nuevo y nunca viejo; renováis todas las cosas; y dejáis envejecer a los soberbios sin que lo reconozcan; siempre estáis en acción y siempre quieto; recogiendo y no necesitando, recogiendo y no criáis, aumentas y perfeccionas todas. Buscais sin que os falte cosa alguna; tenéis amor y no tenéis inquietud; tenéis celos y estáis seguro; os arrepentís y no tenéis pesadumbre; os enojáis y tenéis tranquilidad mudas vuestras obras sin mudar de parecer. Recibis también lo que halláis, sin haber jamas perdido cosa alguna; nunca sois pobre y os alegráis con las ganancias: nunca avariento y nos pedís usuras; en obras de supererogación os damos algo de mas y Vos os constituís nuestro deudor; pero de todo eso que os damos, ¿de quien sino de Vos lo recibimos? Finalmente, pagais deudas sin deber a nadie; y perdonas lo que os deben, sin pedir nada de lo que os es debido. Pero, Dios mio de mi vida, y dulzura de mi alma, ¿qué es todo esto que acabo de decir, respecto de lo que Vos sois?¿Y que es cuanto puede decir cualquier que hable de Vos? Y así, infelices y desgraciados aquellos que de Vos no hablan; pues aun lo que hablan mucho de Vos se quedan tan cortos como si estuvieran mudos.
En el Nuevo Testamento cumple lo que prometió en el Antiguo Testamento por medio de la gracia santificante. Donde dándose él como merito a su padre muy amado para que tuviera piedad y misericordia de los hombres, él que es vida nos vino a traer la vida en él cielo, ya que antes nadie era meritorio de ir al cielo, iban al Seno de Abraham, y partir de su resurrección nos abra la esperanza del cielo siempre y cuando vivamos en gracia de dios como los santos lo han hecho.
Cómo formar un buen criterio
Como criterio para llegar a deducir las verdades se sugiere la definición de la atención su necesidad: la atención en la aplicación de la mente a un objeto. El primer medio para pensar bien es atender bien. Algunas veces se le ofrecen los objetos al espíritu sin que atienda, como sucede ver sin mirar y oír sin escuchar, pero él conocimiento que des esta suerte se adquiere es siempre ligero, totalmente errado. Sin la atención estamos distraídos nuestros espíritus se haya en otra parte. Es de la mayor importancia adquirir el hábito de atender lo que se estudia o se hace, porque si bien se observa lo que se nos falta a menudo se aplicar aquello que vemos o escuchamos. Ventajas de la atención: un espíritu atento multiplica sus fuerzas de una manera increíble; aprovecha el tiempo, atesorando siempre caudal de ideas; las percibe con más claridad y exactitud. Con la continua tención, estas se van colocando naturalmente en la cabeza de una manera ordenada.
Los que no atienden sino flojamente, pasean su entendimiento por distintos lugares, se confunden, se embrollan y se borran unas a otras. Con la atención notamos las preciosidades y las recogemos, con las distracciones dejamos quías caer el oro y las perlas.
Los Salmos
Salmo 1
¡Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los malvados,
ni pone pie en el camino de los pecadores,
ni entre los burladores toma asiento.
Más tiene su deleite en la Ley del Señor,
Y en ella medita de día y de noche!
Es como un árbol
Plantado junto a ríos de agua,
Que a su tiempo dará fruto
Y cuyas hojas no se marchitan;
Todo cuando hiciere prosperará.
No así los malvados, no así.
Ellos son como paja que el viento desparrama.
Salmo 4
Cuando te invoque, óyeme ¡Oh Dios de mi justicia!
Tú, que en la tribulación me levantaste,
Ten misericordia de mí, y acoge mi súplica.
Hijos de hombres, ¿Hasta cuando sereís insensatos?
¿Por qué amais la vanidad y buscais lo que es mentira?
Sabed, pues, que Yahvé favorece
Maravillosamente al santo suyo;
Cuando le invoco, Yahvé me oye.
Temblad y no queráis pecar;
Dentro de vuestros corazones,
En vuestros lechos, recapacitad y enmudeced.
Ofreced sacrificios de justicia,
Y esperad en Yahvé.
Muchos dicen: ¿Quién nos mostrará los bienes?
Alza Tú sobre nosotros la luz de tu rostro, oh Yahvé.
Tú has puesto en mi corazón la mayor alegría
Que cuando abunda trigo y vino.
Apenas me acuesto, me duermo en paz,
Porque Tú me das seguridad, oh Yahvé.
Salmo 14
Yahvé, ¿quién podrá morar en tu Tabernáculo?
¿Quién habitará en tu santo monte?
El que procede sin tacha y obra justicia
Y piensa verdad en su corazón,
Cuya lengua no calumnia,
Que no hace mal a su semejante,
Ni infiere injuria a su prójimo;
en cuyos ojos el perverso es menospreciado,
pero honra a los que temen a Yahvé;
el que aun jurando en perjuicio propio, no cambia;
el que su dinero no da a interés,
ni acepta soborno contra el inocente.
El que hace estas cosas permanecerá firme.
Salmo 15
Preservame, oh Dios, pues me refugio en Ti;
Dije a Yahvé: “Tú eres mi Señor,
No hay bien para mí fuera de Ti”
Salmo 101
Escucha, Yahvé, mi oración,
Y llegue a Ti mi clamor.
No quieras esconderme tu rostro
En el día de mi desolación;
Inclina hacia mí tu oído;
Apresúrate a atenderme en el día de mi llamado.
Porque mis días se desvanecen como el humo,
Y mis huesos arden como fuego.
Abrasado, como la hierba, se seca mi corazón;
Me olvido de comer mi pan.
A fuerza de gemir y llorar
Se me pega la piel a los huesos.
Soy como el pelícano del desierto,
Hecho semejante al búho entre las ruinas.
No puedo conciliar el sueño y me lamento
Como el ave solitaria sobre el tejado;
Mis enemigos me insultan sin cesar,
Y los que se enfurecen contra mí
Toman mi nombre como imprecación.
Mi comida es ceniza en vez de pan,
Y mezclo mi bebida con lagrimas,
A causa de tu indignación y tu furor,
Porque me arrojaste después de levantarme en alto.
Mis días son como la sombra que se alarga;
Y, como la hierba, voy secándome.
Mas Tú, Yahvé, permaneces para siempre,
Y tu Nombre es de generación en generación.
Tú te levantarás y serás propicio a Sión,
Porque tiempo es ya de que te apiades de ella:
Ha llegado la hora.
Ya tus siervos aman sus piedras,
Sienten compasión de sus ruinas.
Así, oh Yahvé, los gentiles reverenciarán tu Nombre
Y tu gloria todos los reyes de la tierra,
Porque Yahvé habrá restaurado a Sión,
Y Él se mostrará en su gloria;
Y se volverá hacia la oración de los despojados,
Y no despreciará sus ruegos.
Escríbanse esto para la generación venidera,
Para que el pueblo que va a nacer alabe a Yahvé.
Porque Yahvé se habrá inclinado
desde su excelso santuario,
desde el cielo habrá mirado a la tierra,
para escuchar el gemido de los cautivos
y librar a los destinados a la muerte,
a fin de que en Sión sea pregonando
el Nombre de Yahvé,
y en Jerusalén su alabanza,
cuando allí se congreguen a una los pueblos
y los reinos, para servir a Yahvé.
Él quebrantó mis fuerzas a medio camino;
Acortó mis días.
Y yo clamo: Oh Dios mío,
No me quites de esta vida en la mitad de mis días,
Tú, cuyos años duran por todas las generaciones.
En el principio cimentaste la tierra,
Y obra de tus manos es el cielo.
Ellos van pasando, mas Tú permanecerás;
Todo en ellos se envejece como una vestidura;
Tú los mudarás como quien cambia de vestido,
Y quedarán cambiados.
Mas Tú eres siempre el mismo,
Y tus años no tienen fin.
Los hijos de tus siervos morarán seguros,
Y su posteridad será estable delante de Ti.
Salmo 103
¡Bendice a Yahvé, alma mía!
¡Yahvé, Dios mío, cuán grande eres!
Te has vestido de majestad y de belleza,
Envuelto en luz como en un manto.
Extendiste el cielo como un cortinaje;
Construiste tu morada superior sobre las aguas,
Haces de las nubes tu carroza,
Cabalgas sobre las alas del viento.
A los vientos haces tus mensajeros,
Y ministros tuyos los relámpagos centellantes.
Cimentaste la tierra sobre sus bases
De suerte que no vacile jamás.
La habías cubierto con el océano como de un manto;
Las aguas se posaban sobre los montes.
Mas huyeron a un grito tuyo,
-Temblaron a la voz de tu trueno,
surgieron los montes, bajaron los valles-,
hasta el lugar que les habías destinado.
Les fijaste un límite que no traspasarán,
Para que no vuelvan a cubrir la tierra.
Los renacentistas y la existencia de Dios
Al principio de sus estudios, todos estos pensadores estuvieron en contra de la Verdad de Dios. Sin embargo, al final de sus vidas todos concluyeron que Jesucristo es el único camino hacia la verdad.
Montesquieu: “El hombre sin religión es un animal salvaje que no siente sus fuerzas si no cuando muerde o devora”,
Maquiavelo: la adhesión a la religión es la garantía más segura de la grandeza de un estado; el desprecio de la religión es la causa mas cierta de su decadencia. Si nuestro siglo esta bamboleando si el mundo está amenazado de muerte, no hay que buscar el origen de mal sino en la falta de religión. La vieja sociedad pereció, porque Dios había sido expulsado de ella; la nueva está sufriendo, porque Dios no ha entrado todavía en ella”. La revolución al reconstruir la sociedad sobre bases nuevas ha olvidado que dios debía ser la piedra angular del edificio: y en ese olvido está la fuente del mal ni cambios políticos ni revoluciones conseguirán nada. No hay mas que un remedio: reestablecer sobre los derechos de los hombres, los derechos de dios, reconocer, de una vez para siempre, que si el hombre es el rey de la creación, no es su creador.,
Voltaire “La única ley del hombre sin religión es sufrir lo menos posibles y gozar todo lo que pueda. Este hombre estará por consiguiente, siempre pronto a robar, calumniar, matar si su interés personal se lo aconseja”
Rousseau: Yo no acierto a comprender como se puede ser virtuosos sin religión: he profesado durante mucho tiempo esta falsa opinión de la que me he desengañado ”Dando a dios lo que es de dios, los súbditos aprenden a dar al cesar lo del cesar” “los crímenes se multiplican en una nación a medida de que religión disminuye. Por eso, los que tratan de destruir la religión en un pueblo son los peores enemigos de la sociedad cuyos fundamentos socaban sería más fácil construir una ciudad en los aires, que construir una sociedad sin templo, altares ni Dios”
Plutarco: Aquel que destruye la religión, destruye los fundamentos de toda sociedad humana porque sin religión no hay sociedad posible.
Napoleon 1:Que había visto de cerca al hombre sin religión, decía”a ese nombre no se gobierna, se le ametralla ¡Ah!¡vosotros quereis que ese hombre salga de mis colegios!...no, no; para formar al hombre yo pondré a dios conmigo.” En otra ocasión decía “Sin religión, los hombres se degollarían por cualquier insignificancia”. Como conclusión todos los pueblos de la historia han reconocido la necesidad de la religión y esto lo demuestra la historia con la existencia de todos los altares e iglesias. Es imposible no encontrar a un pueblo que no haya reconocido como su principio primario la existencia de un dios.
Hume: Así como es imposible hallar un pueblo que no reconozca la existencia de dios, también lo es hallar uno que no lo adore. Jamás se fundó un estado sin que la religión le sirviera de base, busca un pueblo sin religión y si lo encuentras, asegúrate de que no se diferencia de las bestias.
Le Play:En todas las edades de la historia se ha notado que los pueblos penetrados de las mas fuertes creencias en Dios y en la vida futura se han elevado rápidamente sobre los otros, así por la virtud y el talento como por el poderío y la riqueza.
Guyot: Era menester llegar a nuestros tiempos para hallar hombres que piden la separación de la iglesia y del estado; esta concepción es un producto del ateísmo moderno.
Conclusión
Como conclusión, podemos ver que en Jesucristo y en el catolicismo, se encuentra la relación espiritual con Dios. Dicha relación se refleja en los milagros concedidos por Dios y en el martirio de los católicos; el acontecimiento de santificarse a través de ofrecer la vida por Dios es único del catolicismo.
Fuentes Consultadas
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Londra. (1851). Il Salterio, o Salmi di David, puntati come debbono cantarsi o recitarsi in chiesa. The Psalter, or Psalms of David ... El Salterio, ó los Salmos de David, etc. Ital., Eng. & Span. -198. S.P.C.K.
de Sales, S. Santidad Para Todos: La Filotea o Introducción a la Vida Devota.
Daujat, J., & Zahonero Vivó, J. (1966). El cristianismo y el hombre contemporáneo. Alcoy: Marfil.
Chautard, D. El Alma de Todo Apostolado. Ediciones Río Reconquista.
Agustín. (1851). Confesiones del glorioso doctor de la Iglesia, San Agustín. [S.l.]: [s.n.].
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